Sinopsis

Con una aguda capacidad de observación y una innovadora visión artística, Francisco de Goya capturó el alma de una España en crisis a comienzos del siglo XIX. Esta colección completa de sus 287 grabados y litografías nos adentra en la mente de un artista que no temía explorar las honduras de la locura, la hipocresía, la violencia y el poder humanos.

El alma del ser humano

Todos los grabados y litografías del artista recopilados en un solo volumen

Francisco de Goya fue uno de los artistas más innovadores de finales del siglo XVIII y principios del XIX; sus aguafuertes y litografías constituyen verdaderas obras maestras de la estampa moderna. Formado en España e Italia, en su obra se compaginaron los trabajos para el rey y las clases dirigentes junto a las obras personales creadas al margen del encargo, entablando un inquietante diálogo entre la sensibilidad de la Ilustración y la brutal realidad de su tiempo.

Ya fuera en estampas sueltas —como la desgarradora El agarrotado o el sublime Gigante sentado— o a lo largo de sus célebres series —los satíricos Caprichos, los desgarradores Desastres de la guerra, la crónica de la Tauromaquia y los enigmáticos Disparates—, Goya plasmó tanto el espíritu como las sombras de un mundo en convulsión, donde el individuo se veía a menudo arrollado por la violencia, la superstición o el poder. Estas no eran solo reflexiones sobre la sociedad española. Eran acusaciones, meditaciones y advertencias grabadas en cobre sobre la esencia universal del ser humano.

Esta emblemática colección de 287 aguafuertes y litografías reúne la obra gráfica completa de Goya, e incluye ediciones realizadas bajo su supervisión directa, así como raras pruebas de estado que ofrecen una perspectiva excepcional de su incansable experimentación y de su meticuloso control del proceso de grabado.

Con un comentario detallado de cada imagen y ensayos de José Manuel Matilla y Anna Reuter, este volumen es una puesta al día de más de dos siglos de investigación académica y ofrece una interpretación visual reveladora de su obra gráfica. Goya no se limitó a representar su mundo. Lo diseccionó, dejando al descubierto las eternas tensiones entre la razón y la locura, la justicia y la crueldad, la esperanza y la desesperación.